El acercarse al hombre es una de las funciones primordiales del poeta, pero sin trampa, como lo ha hecho y lo está haciendo Fernando Garcíarramos, con imaginación y responsabilidad. Se consagró como poeta del día y de la noche, no ya en su libro, «De la noche a la mañana» sino mucho antes, cuando publicó su primera obra «Tristeza del hombre». Su poesía es testigo de una época.
Doctor en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna ha sido catedrático de Dibujo arquitectónico y director de la Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica de la misma universidad. Asimismo fue director del Departamento de Expresión Gráfica en Arquitectura e Ingeniería de la Universidad de La Laguna. Ha escrito más de 21 poemarios y una antología poética que han tenido como marco el patrimonio intangible de Canarias. Artista y trabajador infatigable, la mayor parte de su obra plástica se encuentra dispersa en espacios públicos de Canarias. Además tiene obra en la colección permanente del Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife y esculturas de gran formato en las Universidades de La Laguna y de Las Palmas de Gran Canaria. También se encuentran obras suyas en el Florida Museum of Hispanic and Latin American Art de Miami, en la Casa-Museo José Martí de La Habana, en la Accademia Araldíca Universale ;La Crisalide de Catania, Sicilia… Sus esculturas también se encuentran en colecciones particulares en Madrid, Barcelona, Sevilla, París, Berlín, Japón, Macedonia y Lima. En el año 2004 terminó el libreto de ópera La dama del mar, cuya música es del profesor Arístides Pérez Fariña. En la actualidad se dedica exclusivamente a la poesía y la escultura. Recientemente publicó el poemario: Anaga Aberrunto y un CD del poemario: Las brujas de Naga.