¿Por qué hablamos solo de lo que ocurre? ¿Por qué no hablamos de lo que se nos ocurre?”, el autor leyó esta frase hace muchos años mientras esperaba por
una representación en un teatro de provincias y aquella sentencia retórica en forma de preguntas no dejó nunca de darle vueltas en la cabeza.
Luego, por azar de los azares, se convirtió en periodista, y se dedicó a escribir lo que le ocurría a la gente, en la política, en la cultura, en el deporte. Pasados los
días y los años, la necesidad de contar lo que “se le ocurría” fue generando en su fuero interno cierta dependencia, y a partir de las cosas que veía en la tele o escuchaba en la radio empezó a escribirlas. Y se dio cuenta de que podía ser divertido reunir todas aquellas ocurrencias.