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Feria Libro La Laguna | Olga Rivero Jordán
Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife
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solar de manuscritos

OLGA RIVERO JORDÁN (Tenerife, 1928) es una poeta urbana, cuya memoria actúa como premonición, donde lo surreal y experiencial se abrazan en un torrente de pausas y sensaciones. El cuerpo relata, los sentidos contemplan, la palabra se impone y todo gira en torno a su teatro, su quimera de actriz, de diva que camina hacia el páramo.

Para el gran público, Solar de manuscritos propiciará el descubrimiento. Con todo, y por fuerza del azar, comenzar a leer a Rivero Jordán por su último libro posibilita el punto de partida hacia su universo creativo, porque aquí confluyen las constantes de su poesía, impulsadas curiosamente por un chispazo jovial y renovado.

olga rivero jordán

Olga Rivero Jordán nació en La Laguna el 24 de noviembre de 1928. De formación autodidacta. Con 8 años vivió la detención de su padre D.Luis Rivero primer teniente alcalde del Ayto. de La Laguna, pasando a ser preso gubernativo hasta su liberación. Dos de sus hermanos Joaquín y Alberto compartieron con ella inquietudes literarias. Su madre, Dña. Rosario Jordán fue responsable de su liberación y su personalidad quedó reflejada en el libro El beso de una madre de su hijo Alberto. Los demás concejales siguieron diferentes periplos por las cárceles municipales y por Fyffes, con distinta suerte. Algunos de ellos volvieron a La Laguna, a la cárcel municipal y/o al campo de trabajo forzado que se constituyó en Los Rodeos, siendo posteriormente retornados nuevamente a los salones de Fyffes.
Tras muchos meses en prisión, como presos gubernativos, los concejales fueron juzgados por un tribunal militar (sumario 172/36) por haber suscrito un acta de reprobación contra el Comandante General de Canarias en mayo de 1936, que no era otro que Francisco Franco. Fueron condenados a varios meses de prisión, aspecto curioso pues ya habían cumplido con creces esta condena. Nada cambió, pues siguieron entre rejas en calidad de presos gubernativos.
Los presos laguneros encarcelados en Fyffes se ofrecían voluntarios cuando se necesitaba mano de obra para trabajos forzados en La Laguna, pues al menos estaban cerca de sus familias. También se utilizó mano de obra reclusa en el acondicionamiento del camino hacía la ermita lagunera de San Roque.
La estancia en el campo de trabajo forzado de los Rodeos, trabajos destinados a la mejora y ampliación de la pista del aeropuerto, hacía que los reclusos respiraran aire puro y tuvieran algo más de libertad de movimientos, descansando de la inmunda cloaca de Fyffes.
Pero el hecho de estar en La Laguna no necesariamente condujo a un mayor contacto con sus familiares. Un ejemplo de esto fue un episodio que vivió el concejal socialista Luis Rivero Rodríguez. Mientras estaba en el campo de trabajo de Los Rodeos aconteció la muerte de su madre. Dos de sus hijos mayores se acercaron al campo de trabajo forzado de Los Rodeos para comunicarle a su padre la triste noticia, pero los soldados que custodiaban el asentamiento no les permitieron contactar con su padre. Luis Rivero Rodríguez tendría suerte, pues pudo ser puesto en libertad, estando en calidad de preso gubernativo, antes de acabar la contienda nacional. En este hecho tuvo mucho que ver las gestiones que realizó su esposa Rosario ante el obispo Domingo Pérez Cáceres. Un posible atenuante pudo haber sido el hecho de que sus dos hijos mayores fueron movilizados al Frente en la península. Luis Rivero fue puesto en libertad, pero como escribiría su hijo Alberto Rivero: “…volvió a su casa vencido, humillado y arruinado con alevosía.” A Luis Rivero Rodríguez se le incautaron varias fincas y también la flota de camiones Dodge y Chevrolet de su empresa. Estos camiones tras ser requisados y desguazados.